Viajar es vida, en muchos sentidos.

Cuando visitamos un destino, debemos empaparnos al máximo de sus costumbres, sus tradiciones, su gastronomía… si queremos aprovecharlo del todo. Algo que nunca falta en una ciudad o pueblo es su mercado. No hay que olvidar los orígenes de las cosas y los mercados es el origen de toda compra y venta, de cómo se alimentaban las familias, de cómo vivían. Aspectos que te ayudan a entender muchos detalles del lugar.

En Mallorca estamos muy acostumbrados a hacer la compra en el mercado. Normalmente se hace una (o dos) veces por semana en cada lugar y los habitantes aprovechan ese día para llenar sus neveras y despensas de productos de proximidad, de kilómetro 0. Está más que demostrado que este tipo de productos tienen un sabor más intenso, están más ricos porque son más frescos y, además, al ser de temporada, son más económicos. ¡Todo son ventajas!

Al fin y al cabo, se trata de la opción más sostenible, ya que la filosofía del km 0 defiende el consumo de producciones alimentarias locales, promoviendo la producción, la preparación y el consumo más respetuoso con el medio ambiente, puesto que se reduce el impacto de la huella desde que se recogen los alimentos hasta que el consumidor los compra.

Si eres un viajero y te alojas en un apartamento, en una caravana o un espacio similar que tenga cocina, es mucho mejor hacer la compra en el mercado, por todo los motivos que te hemos contado.